domingo, 29 de agosto de 2010

Relato: "Como suena un te quiero" (Parte 1)

Nota: Este relato tiene una continuación, en breves, será publicada. Att:/ OlgaC.Asensi

PARTE 1: "La luz de un nuevo día"



Inicio de sesión. 22 Agosto 2010 19:30h.
#Clau'


-Andrea, dime que estás ¡por favor!

:D Annndrea :D


-Claudia dime

#Clau'


-Tengo miedo Andre, no sé nada de él desde hace 1 año... ¿Tu tienes noticias sobre Pablo? Esto es insufrible...

:D Annndrea :D


-A ver Clau... he preguntado a todo el pueblo, nadie lo ha vuelto a ver desde aquella noche... No sé que más hacer...

#Clau'


-No sabes lo que es esto Andre... no puedes saber lo que es estar enamorada de alguien a quien solo he visto una semana de mi vida, pero sería capaz de dar mi vida por él... No sé que me pasa, yo no soy así, y lo sabes... Pero él, me prometió que volvería.

:D Annndrea :D


-Claro que te entiendo, a medias, pero lo hago. Estas enamorada de un desconocido, de un... fantasma...
Clau, conoce a más gente, sal con más chicos, solo tienes 15 años, no te puedes atar a alguien así, y menos
a alguien que no sabes siquiera si siente algo por ti... Llevas desde el 25 de Junio en casa... Te echamos mucho de menos en el pueblo...

#Clau'


-No puedo... le necesito...


#Clau' - > Cerró sesión. 22 Agosto 2010 19:42h.


                                                         ~ . ~

Bueno, aún no me he presentado, me llamo Andrea, pero poca gente me llama por mi nombre completo, así
que seré quien vosotros queráis que sea. Tengo quince años, y desde que acabó el curso en Junio, estoy metida en mi pueblo, Montanejos, donde solo puedo tener una media hora de Internet al día y donde tengo una amiga que parece que esté medio muerta... Mejor, os lo voy a explicar desde el principio...



Julio del 2009.

- ¡Clau, baja!
- Si llegamos tarde será tu culpa, sabes perfectamente que no podrás dormir con ese peso en la conciencia.
-¡Va Claudia, que nos esperan!

La puerta del edificio, uno de los más altos del pueblo se abrió lentamente, dejando entrever a una chica pelirroja con una cabellera la cual caía lacia a ambas partes de su rostro, ligeramente picoteado, hasta el ombligo, el cual llevaba destapado.

- Veis como ya bajaba - dijo Claudia con una hermosa sonrisa, entornando sus grandes ojos verdes.
- Lenta, sí ya no están Fran, Christian y Nacho, te enteras - le replicó Andrea, una chica bajita para sus catorce años, con una larguísima coleta rubia y una chaqueta en la cual se podía leer perfectamente: "Montanejos 2009", en unas magnificas letras plateadas.
-Pues si no están, ellos se lo pierden, además hay que ver que nuevos chicos han llegado este fin de semana al pueblo- advirtió Claudia.
-Venga va, vamos, que aun nos queda un ratito hasta que lleguemos a la plaza - intentaron tranquilizar el ambiente Aida, la más mayor de todo el grupo, morena y de ojos azules; y Bianca, su prima, rubia de pelo rizado.

Ya en la plaza del pueblo Claudia, Andrea, Aida y Bianca estuvieron un buen rato bailando y hablando con sus amigos (los cuales aún estaban allí cuando ellas bajaron), hasta que, de repente, apareció un chico alto y vestido de negro en mitad de la plaza.

-Dios, Drea, dime que sabes quién es ese chico - preguntó Claudia mientras abría y cerraba los párpados como si estuviese viendo un espejismo.
-No Clau, no se quién es, y creó que te está mirando... - dijo ella mientras se giraba disimuladamente y apartaba a Bianca y a Aida, para que Claudia no sintiese la presión que podrían llegar a ejercerle.

Claudia se acercó al centro de la plaza tímidamente, pero lo hizo de todos modos, algo le decía que lo hiciese.

-Hola, eres... ¿eres de por aquí?-pregunto a la vez que se ruborizaba sutilmente.
-Claudia, por fin. Soy Pablo, supongo que lo sabes. Va tenemos que salir de aquí. - Dijo él mientras la cogía de la mano y la arrastraba hacía una de las calles que daban a la carretera.
-¿Cómo...? - consiguió preguntar Claudia.
En ese momento desaparecieron de la plaza, como si jamás hubiesen estado allí.

                        ~ . ~

Y hasta ahí, oí yo. Después de una semana de búsqueda por todos los alrededores del pueblo apareció Claudia, por su propio pie, a las 10 de la mañana en su casa, sin ningún tipo de daño físico. Solo un inmenso dolor sentimental. Desde aquel día, nadie volvió a saber de ella, no nos hablaba a ninguna. Por lo que me pude enterar por sus padres, durante el curso, iba y venía al instituto, no hablaba con nadie, solo estaba metida en su habitación escribiendo en su portátil, oyendo música clásica y leyendo libros de hace años. No he vuelto a saber de ella hasta hoy, por esa conversación de Messenger. Sinceramente, echo de menos a la que fue mi mejor amiga, pero nadie sabe que pasó esa semana entre Clau y Pablo, y sinceramente, no sé si quiero saberlo. Si queréis saber más, ella es la única que os lo podrá explicar.

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