domingo, 12 de septiembre de 2010

Relato: "Como suena un te quiero" (Parte 3)

[La continuación del relato la subiré en breves, y en esa continuación por fin explicaré el significado del titulo de la obra:) Un besito]

PARTE 3: "Respuestas y dudas."


 En la penumbra de la carretera por la noche tenuemente iluminada por focos, aún se puede llegar a vislumbrar tres motos, con dos personas en cada una,  corriendo por el asfalto en dirección a Montan, un pueblo que está a 5kilómetros de Montanejos.
En unos 10 minutos, las motos se detuvieron frente a una caseta, la cual Claudia recordaba perfectamente. La caseta en la cual se transformó en vampiro, bueno, en semi-vampiro, con su peculiar olor a pólvora y azufre.


Seis negras sombras bajaron de los vehículos. Las dos que encabezaban el grupo llevaban las manos entrelazadas.

- Vamos chicos, aquí ya hace frío – dijo Andreas
- Sí, - convino Blanca – además tenemos que contarle tantas cosas a Clau… Porque… ¿te podemos llamar Clau, no?
- Claro Blanca – sonrió Claudia.

El grupo se adentró en la casa, y después de quitar un poco por encima el polvo y las telarañas se sentaron en la mesa apartada de la entrada, en la cual Clau vio por primera vez a Blanca, Andreas, Carla e Iván.

- Clau, antes de nada- comenzó Carla agitando graciosamente su pelo castaño corto (el cual ahora adornaba con un lazo negro)- hace poco fue tu cumpleaños, y te hemos guardado el regalo, ¿quieres verlo?
- Por supuesto Carla, - dijo Clau- pero no era necesario…
-Claro que lo era,- continuó Iván- y en realidad no es un regalo, porque te pertenece desde siempre.
Andreas puso una pequeña caja de color negro sobre la mesa mientras, Claudia, paseaba su mirada por cada uno de los cinco perfectos rostros que tenia delante. En cada uno de ellos, Clau, vio al menos un pequeño atisbo de emoción e impaciencia. La chica cogió el paquetito y lo abrió cuidadosamente. Dentro estaba el collar de la media luna que los cinco llevaban como símbolo. Un colgante perfectamente lacado en negro, un negro tan intenso como el de la noche cerrada, con un pequeño conector de plata vieja que lo unía a una cinta de raso de color rojo intenso.
Pablo se levantó mientras Clau aún admiraba perpleja el medallón.
- Princesa- susurró Pablo a la oreja de Clau mientras le cogía muy despacio el colgante de sus manos -  ¿quieres que te lo ponga?
-Como no – contestó Clau ruborizándose de forma tan notable que hizo soltar alguna que otra risa silenciosa a sus 4 compañeros.
-Ya está – finalizó Pablo- estas preciosa Clau…
- Gracias Pablo.
-Bien, parejita, vamos a comenzar a hablar- dijo Blanca- y empiezo yo: bueno Claudia, yo soy la más joven después de ti, así que te voy a contar que ha pasado contigo. Tú naciste bajo la influencia de una fuerza impactante que tiene sobre los humanos la media luna de los 30 de Julio, un rayo que toca solo un segundo la superficie terrestre, a las 00:06, igual que nosotros cinco. Y por lo que sabemos, nadie más en el mundo ha sentido esa luz sobre su nacimiento. Como podrás comprobar en breves, nosotros bebemos sangre, pero solo por diversión y en muy pocas ocasiones, pero esto el mundo, no lo sabe, se creen que  seguimos siendo esas fieras desesperadas sedientas de sangre que invaden las noches, pero esto te lo contaré luego.
>> Iván fue el primero en experimentar el cambio y cuando sus padres se dieron cuenta lo echaron de su pueblo, ya que por aquel entonces en Nueva Zelanda se quemaban a los vampiros y brujas en grandes piras. Él viajó por todo el mundo, y halló a un viejo brujo que en su lecho de muerte le explicó lo que sucedía con la luna, ya que dijo que veía en sus ojos que tenia “sangre de vampiro”. ¡Oh! Te lo digo desde ya, a partir de que pruebes la sangre de un humano, tus sentidos de vampiro se agudizarán del todo y tú sangre… pues cambiará de color, ya no será roja, sino morada, es extraño, lo sabemos, pero es así. A lo que iba, ese brujo le confió además los seis medallones. Iván, pasó mas de 150 años esperando, averiguando que niños nacían el 30 de Julio y a que hora.
>>Hasta que al final, encontró a Pablo, un chico polaco. Lo observó durante 13 años, y el día antes de su décimo-catorce cumpleaños se lo llevó, como hizo Pablo contigo, le explicó todo y al año siguiente, Pablo, abandonó todo y decidió seguir a Iván.
Ambos vivieron otros tantos años esperando año tras año los nacimientos del 30 de Julio, mientras, consiguieron trabajo como cantantes en diferentes lugares donde las gentes más ricas del siglo diecinueve iban a divertirse.
>> Años después, consiguieron averiguar que en París, más concretamente, en una Francia del año 1940, nació una niña bajo el influjo de esta magnífica luna. Ella era…
-Yo.- Sonrió Carla- sigo yo, ¿vale?
-Claro
- Bueno, ellos dos me encontraron, yo apenas tenía doce años cuando por fin se decidieron a presentarse delante de mí. Durante los dos años de transcurso entre los doce y los catorce, solía ir a visitarlos a una casa de alquiler que habían conseguido cerca de mi casa. Ellos me contaron muchísimas cosas sobre vampiros, sobre la luna, la organización y sobre lo que pasaría con mi vida en poco tiempo.
>> Una cosa Clau, lo de que nuestros poderes se manifiesten a los catorce años, es otro misterio, tenemos diferentes teorías. Teorías como el azar, las fases de la luna, y muchas más, cuando tomes tu decisión sobre el unirte definitivamente a nosotros, te contaré más.
Bueno, lo que decía, me transformé. Viví 4 años más con mis padres para que no sospechasen y cuando cumplí mi mayoría de edad (según los mortales, ya que yo no crecería más, a no ser que lo desease) decidimos irnos los tres juntos a buscar a los 3 Media-luna (ese fue el nombre que decidimos para la organización a raíz del collar), que nos faltaban. Los tres dueños de los colgantes que debían aparecer.
>>Esta vez fue más sencillo, solo tuvimos que esperar 20 años para poder saber del nuevo nacimiento. Esta vez recibimos la noticia de un amigo canadiense de Pablo que trabajaba en los paritorios. No dudamos en coger el primer vuelo a Ottawa que pudimos conseguir. Ya allí, hablamos con este hombre y el nos habló de él, de Andreas. ¿Sigues tú cielo?
- Claro Carla. – Andreas abrazó a Carla y prosiguió- Carla se hizo amiga de mis padres, y con ello mi canguro mientras era pequeño, desde que tengo memoria la veo en mis recuerdos. Cuando empecé a hacerme mayor, de vez en cuando iba a visitarla a su apartamento, el cual luego me enteré que compartía con Pablo e Iván. Siempre estuve muy colgado de ella, jamás encontré a ninguna otra chica que se le pudiera comparar, ella era única, además el colgante de la media luna que prendía de esa correa de terciopelo negro llego a aparecer hasta en mis sueños. Era una joya perfecta para alguien como ella. Dejemos a parte mis sentimientos, – se ruborizó Andreas- pocos días antes de mi cumpleaños, ella pasó por mi casa y me invitó a dar una vuelta. No dimos ningún paseo. Me llevó a su apartamento, me sentó en una silla y me explicó todo lo que me deparaba.
>> No lo dudé ni un segundo, apenas me transformé, les dije a mis padres que me iba en bicicleta por el paseo que lleva a un pantano de Ottawa. Allí dejé mi bicicleta (después de destrozarla) y de ese modo intenté dar a entender que me había caído a las aguas turbias del pantano. Observé durante días el transcurso de los acontecimientos: mis padres hicieron una búsqueda exhaustiva por todo el pantano, pero solo encontraron mi bicicleta. Salió bien. Cogimos un avión y nos fuimos lejos, muy lejos, a Italia. Solo nos quedaba encontrar a dos personas y estaríamos los seis juntos. Seis almas inmortales únicas en el mundo.
- ‘Seres especiales’ es como me gusta llamarlo – interrumpió Iván- ahora queda el como encontramos a Blanca, esto lo quiero contar yo. Ya que ella ha sido lo que estuve esperando casi 300 años. A ver Clau, en Italia, sobre 2001, encontramos en un periódico la noticia de que una chica de 10 años, nacida en Barcelona, había conseguido un premio por deletrear palabras, una chorrada vamos. Pero había una foto de esa niña al lado, esa niña era Blanca.
>> Tuve la corazonada de que esa niñita podría ser la quinta. Así que después de meses de insistir nos fuimos los cuatro a Barcelona. Ya allí tardamos tres años en encontrarla, y cuando la vimos en un parque con un montón de niñas fue difícil reconocerla pero yo sentí lo mismo que al verla en el periódico. Solo que ahora, la Blanca de trece años ya no llevaba una melena corta rubia y rizada, sino una larguísima cabellera lacia más rubia incluso que en aquella foto vieja de periódico que llevaba en la cartera desde que la encontré.
>> Nos esperamos unos días y trazamos un plan. Ninguno de los tres confiaba en mí plenamente, Carla era la que se fiaba un poco más de su hermanito. – Iván miró con dulzura a la que había llamado ‘su hermanita’, se notaba que entre ambos había muchísimo cariño.- Era principios de Julio cuando Carla me hizo el gran favor de aparentar ser una chica extranjera que no sabía muy bien por donde debía ir y cruzarse ‘accidentalmente’ con Blanca para comprobar si el colgante de la media luna conseguía atraerla de forma parecida a la cual había atraído a Andreas en ella misma.
>>Así conseguimos acercarnos a ella, pero el colgante únicamente le atrajo cuando nos reunimos con ella todos y me lo vio a mí puesto. En ese momento me arme de valor y le pregunté si también había nacido a las 00:06. Ante su respuesta afirmativa, saqué el quinto collar del bolsillo (lo llevaba por si acaso) y se lo di, al fin y al cabo era suyo. A partir de ahí le explicamos todo, ella no se lo creyó del todo, pero aún así no siguió a nuestro apartamento el día de antes de su cumpleaños. Y cuando entró en el fuerte sopor del cual tanto le hablamos creo que se lo creyó del todo.
- ¡Si que os creía!- dijo de pronto Blanca- Solo que era muy extraño, reconocerlo.
- Pues Claudia nos creyó en menos tiempo – dijo Pablo.
- Porque ella es menos sensata- resolvió Blanca con una sonrisa.
- Estoy aquí blanca – dijo con una fingida molestia Clau- aún no me he ido eh. Ja, ja.
- Lo siento – dijo Blanca mientras le sacaba con cariño la lengua a Clau- sigo yo chicos.
>> Después de despertarme no me lo pensé ni un momento, me fui con ellos, tenía legalmente 14 años, pero mi padre… Mi padre nunca se ha preocupado por mí. Él bebía siempre, y si desaparecía ni lo iba a notar. Y no lo ha hecho. Bueno, a partir de aquí empieza nuestra vida a la sombra, solo nos faltabas tu, y no sabíamos cuando podías llegar, por suerte lo has hecho pronto, en solo cuatro años ya habías nacido. ¿Sabes que los hospitales de España no son nada seguros con sus partes de alta a mujeres embarazadas? No nos costaba nada hacernos con ellos vía Internet, ¡oh! no se si lo sabrás, pero soy una experta en ordenadores, soy como una especie de... hacker, pero en versión light.
 >> Nos mudamos a Valencia, y te hemos observado mientras crecías. Por cierto, bailas y cantas genial, no se si esto es algo típico entre los Media-luna pero todos somos muy artistas. A lo que iba, te seguimos más detenidamente los últimos meses y nos llevaste hasta tu pueblo y allí, Pablo te fue a buscar, y el resto, ya lo sabes Clau. Espero que hayamos disipado algunas de tus dudas…
-Claro que lo habéis hecho chicos,- dijo Clau- muchas gracias.

Sonaron las tres de la mañana en un viejo reloj de cuco que había prendido de la pared de la estancia. Claudia se sobresaltó al ver lo tarde que era:
-Yo me tendría que ir yendo ya a casa- dijo Clau.
-Yo te llevo cielo- le contestó Pablo mientras le tendía un casco azul con su nombre en letras blancas.- Este es otro regalo de cumpleaños, pero solo de mi parte.
Claudia sonrió.

Se montaron en la moto de Pablo, y poco rato después ambos estaban en la esquina más cercana a casa de Clau.En el cielo lucía una espléndida medialuna.
- Claudia,-comenzó Pablo- creo que deberías pensarte lo de venir con nosotros… A mi, personalmente, me encantaría que lo hicieses…
- Lo pensaré Pablo, eso supondría dejar muchas cosas atrás. Pero te juro que lo pensaré.
- Gracias,- sonrió él- entonces creo que ya te puedo dar esto…
Pablo la atrajo hacia sí y poco a poco se fundieron en un cálido beso. Un beso que no sería el único que habría entre ambos, eso lo podrían asegurar Clau y Pablo.

                                                 ~ · ~

Pablo ya se había ido y Clau se acercaba a su casa por la acera de su calle. Era feliz por primera vez  desde hacía mucho tiempo. Pero esa felicidad duraría poco. Cuando Clau estaba apunto de llamar al timbre de su puerta una mano le tapo la boca y la alejó de su casa hasta un rincón oscuro.
Cuando Clau consiguió disuadirse de la mano que le oprimía la boca se dio la vuelta y vio ante ella a una chica de más o menos su edad.
Esa misteriosa chica iba toda vestida de negro y una larga melena negra ondulada le caía a ambos lados de la cara. Claudia se quedó sin habla. Esa chica tenía alas. Unas alas de plumas negra.
- ¿Quién… eres?- susurró Clau.
- Alguien que te va a decir la verdad acerca de tus nuevos amigos, los Media-luna,- dijo esa chica- pero puedes llamarme Elisa.


 

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