jueves, 2 de septiembre de 2010

Relato: "De la distancia crearemos puentes"

-Has venido…
“Salida del tren con dirección Valencia – Madrid, últimos pasajeros, al tren” anunciaron los altavoces de la estación.
-Claro, te dije hace años, que hoy nadie me impediría verte, – dijo él – no me gusta faltar a mi palabra.
-Pensé que no vendrías, han pasado dos años desde que me mandaste esa última carta desde Nueva York – le recordé – de todos modos, gracias por haber venido.
-Aura, nos conocemos desde que teníamos 12 años… creo que por fin, era hora de que nos viésemos – me dijo en un perfecto castellano mientras se ruborizada sutilmente.

Era cierto, desde hacía siete años hablábamos regularmente por carta, ya que Diego (ese perfecto y guapísimo chico rubio de ojos verdes) vivía en Nueva York y yo en Valencia. Aun así, nada había conseguido evitarme que viviese enamorada de él desde hacía tanto tiempo. Recordé cada frase de ánimo que el me escribía y cada palabra amable, no lo puede remediar, le abracé.

-Sí, no podía soportar más el no poder darte el abrazo que tanto te merecías por haberme ayudado y animado tanto. Gracias… - dije muy bajito, aprovechando que estaba a pocos centímetros de su oreja.
-No hay de que, las gracias te las tendría que dar yo. Llegar a casa durante 7 años y ver que cada semana recibía una carta tuya, me ha hecho muy feliz siempre. Sobretodo el hecho de releer tus cartas de hacía años, me ha animado muchísimo desde la muerte de mis padres…- ese comentario me hizo recordar que ese fue el motivo por el cual no hablamos durante dos años. Desde la muerte de sus padres, Diego, había estado viviendo con sus tíos, en París, y no pudo escribirme casi nada.
-Diego… ¿te acuerdas de aquello que hablamos? No lo creo… fue hace 3 años al menos, y… - dije, pero él me sorprendió poniéndome dos dedos sobre los labios, haciéndome así callar.
-Aura, claro que me acuerdo, y desde el día en que me dijiste que me querías, aunque viviésemos en lugares muy lejanos, he estado tachando los días que faltaban para verte en un calendario… - susurró – Así, que solo me queda decirte una cosa, ¿quieres que estemos juntos?. Desde hoy y para siempre, esa es mi oferta.

Sonreí. Llevaba años deseando oírle, pero sobretodo, oírle decir aquello…

-Claro que quiero Diego… -asentí y me estreché aún más sobre su cuerpo.- Pero… ¿cómo haremos para vernos? Será un poco dif…
-Espera Aura, - sonrió- esta es la primera parte de la sorpresa que tengo para ti.

Él señaló una gran maleta gris metalizada que estaba a sus espaldas, la cual no había visto en el rato que llevábamos hablando.

-Aura… si quieres, solo si quieres. Estoy decidido a venir a vivir aquí…
-Claro Diego. ¡Claro que quiero!- dije yo, intentando contener las lágrimas ante el echo más bonito que un chico había tenido conmigo. – Y… ¿Cuál es la otra parte de la sorpresa?

Diego me miró fijamente a la vez que me agarraba sutilmente por las caderas.
-Esta- dijo a la vez que se acercaba a mí.

Aquel fue el mejor beso de mi vida, con el chico que llenaría mi vida de hoy en adelante. Sí, fue un beso en una estación de tren, a las 2 de la mañana, con un chico al cual no había visto nunca, pero que amaba como a nadie. Aquel beso, detuvo el mundo por unos instantes e hizo que fuese él quien sujetase mi Universo.

3 comentarios:

  1. Hola!
    Me han gustado un montón tus relatos. Yo tb escribo, bueno, he vuelto a escribir después de un parón y acabo de hacerme un blog, por si te quieres pasar, agradezco todos los consejos posibles, he perdido práctica...
    http://retales-ip.blogspot.com/
    Por cierto, a mi tb me gusta Paramore :)
    Un saludo!

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  2. Hey!

    Me ha gustado mucho tu relato, el ambiente en el que has situado los personajes y la breve historia que has contado sobre ellos ;D

    Un saludo !

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  3. Uau!!!!! me ha encantado, escribes genial y es una historia preciosa, seguiré tu blog y espero leer mucho mas.

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